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La respuesta es un rotundo NO por al menos los cinco siguientes motivos:
- En muchos tramos de la red de distribución, la sección de los cables es insuficiente
para soportar la potencia conectada en días de temperaturas extremas, lo que provoca
la desconexión de dichos tramos por actuación de los sistemas automáticos de protección.
- La red eléctrica, salvo contadísimas excepciones, no es mallada, por lo que cada
usuario se alimenta desde una sola subestación y no desde dos, como sucedería si la red
fuera mallada. Ello implica que una avería en una subestación deja sin alimentación a
todas los usuarios conectados a ella. Esta increíble situación fue reconocida por el propio
presidente de Red Eléctrica Española (REE) en una entrevista concedida una
semana después del incendio de una subestación de Fecsa-Endesa en Barcelona, que dejó sin
suministro eléctrico a 350.000 personas y provocó el caos en la ciudad durante los meses
de julio y agosto de 2007. En dicha entrevista, el presidente de REE afirmó que la precariedad
del suministro a las grandes ciudades
"es un problema de concepción de la red, la
cual tiene que ser rediseñada ".
- En agosto de 2007 existían en España al
menos 2.000 puntos críticos,
de los cuales más de 500 eran responsabilidad de ENDESA.
- El sistema se colapsa cuando la potencia conectada no llega ni siquiera al tercio de la
potencia contratada, como lo prueba
la situación de emergencia vivida el 19.11.2007,
en que la potencia conectada rondaba los 43 Gw y la potencia contratada, los 137 Gw
(1 Gw= 1 Gigawatio= 1.000 Megawatios= 1.000.000 Kilowatios).
- Las reclamaciones efectuadas por los usuarios son generalmente inútiles debido a, entre otras,
las causas expuestas por las asociaciones de consumidores,
a las cuales habría que añadir las debidas a vínculos entre directivos de las compañías
eléctricas y altos cargos de los Organismos de la Administración pública encargados de tramitar
las citadas reclamaciones, como es el caso expuesto en
mi escrito de 29.06.2000 al consejero de Empleo y
Desarrollo Tecnológico de la Junta de Andalucía, escrito que, como todos los dirigidos por mí
al citado consejero y al presidente de la Junta de Andalucía, no recibió respuesta.
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